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Fotos cortesía YUCEF MERHI
Artistas de The Americas durante la inauguración,
entre ellas, Karin Schneider de Brasil (embarazada y
envuelta íntegramente en negro), quien presentó un
impactante performance |
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Una de las obras de la muestra |
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Yucef Merhi está intrigado por la
creatividad artística de las mujeres.
Desde los años 90, este poeta y creador plástico venezolano se
dedicó a indagar en el tema concentrándose en figuras femeninas de
la literatura de, entre otros países, Argentina, Perú y Venezuela.
La inquietud lo acompañó también en sus proyectos vinculados con las
artes visuales y fue así como en 2002, presentó como parte de LA
Free Waves -el festival de videoarte más grande de Estados Unidos,
según sus palabras- la exposición Video femmes,
cuyas obras recorrerán varias instituciones y eventos como el
Festival de Cine y Video de Valdivia, el Festival Internacional de
Cine de Cuenca, la Videoteca del Sur de La Habana y Casa de América
de Madrid.
El jueves pasado, Merhi entregó una nueva edición curatorial, en la
galería Galou de Nueva York, sobre el arte y la mujer:
The Americas, una exhibición de obras
de artistas norte, centro y suramericanas, realizadas en múltiples medios
artísticos tanto tradicionales como innovadores, entre ellos,
pintura, dibujo, escultura, video, videoinstalación, arte digital y
performance. La exposición presenta artistas del continente
americano residenciadas en Nueva York: Jillian McDonald de Canadá;
Emily Keyishian y Kelly Heaton de Estados Unidos; Aixa Requena de
Puerto Rico; Marisa Tellería-Díez de Nicaragua; Monika Bravo de
Colombia; Isabel Ron-Pedrique y Patricia Cazorla de Venezuela; Karin
Schneider de Brasil; Eugenia Vargas de Chile; Claudia Joskowicz de
Bolivia; y Tamara Kostianovsky de Argentina.
Para el curador, The Americas es “una
plataforma de diálogo visual entre todas las creadoras.
No se aferra al discurso feminista ni a una interpretación política,
sino a la sensibilidad, intereses y referencias de cada autora”. Sin
embargo, Yucef Merhi confiesa que quiso también formular otra
interrogante: “Nuestra condición de americanos en toda la extensión
del continente. Es curioso que en Estados Unidos se llamen a sí
mismos americanos y a su país, América. Cuando presenté esta
exhibición hubo comentarios de curadores y críticos estadounidenses
que se preguntaban por la condición americana de estas artistas, en
su mayoría latinoamericanas.
Yo explicaba que en nuestros países también nos llamábamos
americanos”.
Añade Merhi: “Desde la colonización del Nuevo Mundo hasta el
presente, los herederos de la América, tanto nativos como mestizos,
se han debatido ante el problema de la identidad. La pregunta ¿quiénes
somos? ha estado presente en la historia de los americanos una y
otra vez, siendo objeto de numerosas confrontaciones y un sinfín de
cambios socio-políticos, resultando en un conglomerado de gobiernos
y culturas inestables”.
Razona también que “previamente a la llegada de las colonias
europeas existieron en América civilizaciones de rasgos matriarcales
donde la mujer ocupaba un rol preponderante Hoy día, en los países
americanos, la discriminación hacia las mujeres es cada vez menor.
Este giro sitúa nuevamente a la mujer como figura activa y
participativa en la evolución, desarrollo, y progreso de nuestra
cultura.
Es por ello que todas las artistas de The
Americas son hembras”.
El curador comenta que la obra
Transcubiculismo de la venezolana Isabel Ron-Pedrique ofrece
al público la posibilidad de interactuar.
“Es un trabajo de arte digital que aborda el rol de la mujer
globalizada, y que ha sido expuesta con anterioridad en el Salón
Pirelli del Maccsi. Otra artista venezolana, Patricia Cazorla,
establece un diálogo similar en torno a la mujer y la globalización
mediante impresiones digitales”.
“Por su parte, el impactante performance de Karin Schneider (Brasil)
presenta a su feto como figura principal de su más reciente trabajo,
donde se presta la ocasión para escuchar los latidos de esta
criatura próxima a nacer, mientras la prolífica artista interactúa
con el público encapuchada y vestida completamente de negro. El
trabajo de todas es importante y quiero destacar la multiplicidad de
materiales y narrativas que se producen en nuestros países, por lo
que el desarrollo teórico y práctico de la exhibición fue bastante
complejo y requirió tres semanas de montaje, además de una logística
de meses. Pero el proceso y los resultados valieron la pena”.
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